Barroco
Francisco chamorro viene trabajando sobre la “temática” barroca hace 10 años. Tomando e investigando “la luz” y “el clima” del barroco de los países bajos como Johannes Vermeer, Jan Van Eyck. Desarrollando “El movimiento” y “la captación del instante” de Italia con Gian Lorenzo Bernini, Michelangelo Caravaggio. La expresión, lo efectista y el retrato, de lo llamado el siglo de oro de España con Zurbaran, José de Ribera, Diego de Velázquez. La mayoría de su temática a sido la representación de hechos bíblicos, vida y obra de santos.
El barroco NO es un movimiento pasivo, sino que como vemos en cada punto de Europa fue sumando y variando. Entonces en América se recreo y se retroalimento de la imaginaria local. Creando un nuevo barroco. Una mezcla de lo efectista, de luces, espejos, brillos, estatuas hiperrealistas, materiales que imitan y dan el efecto visual de lo real, sin serlo. En ellas no hay nada al azar. Todo esta pensado, diseñado y producido. Decorados, vestuarios, marcos, collages, bisutería, iluminación.
Se presentaría en tres partes que corresponden a tres series.
El orden de presentación de las obras sería así :
La primer parte presenta “Los Altares”, montajes originales que mezclan objetos, fotos y personajes icónicos de la religión católica. La idea del autor es sumergir al visitante en la imaginería (de la imagen) religiosa. Después, es poner en evidencia el engaño con lo sagrado. La mistificación basada sobre la ilusión que un santo o icono religioso da una seguridad a alguien quien lo reza, es la denuncia del artista. Estos altares pueden acercarse mas de la definición de lo Barroco: efectos de luz, puestas en escena, para imponer al visitante un “clima”, aunque “todo” sea una ilusión.
La segunda parte tiene que ver con el masoquismo entretejido en la religión. Se denota con algunos personajes. Todos hicieron un acto fuerte, “malo” o un asesinato por influencia directa o mandato “divino”. La cuestión que propone el artista es como los seres humanos pueden llegar a este punto de dicotomía entre miedo/dolor de lo que hicieron y placer/éxtasis que vivieron. La razón del bien y lo divino. Mártires poseídos por alguna “influencia”.
La tercera parte alude a la masificación de los objetos religiosos, vendidos con una multitud de ejemplares como si fueran Lo Sagrado si mismo. Esta estandardización denuncia, lo que podríamos llamar, la “cosificación” de lo sagrado y el juego con la credulidad de la gente que da tanta importancia a los objetos como si fueron los dioses mismos. Esto tiene que ver con la creencia en el poder del pensamiento mágico y dar a los objetos poderes de protección que no tienen que ver con la realidad.